viernes, 27 de agosto de 2010

UNA HISTORIA DE MI ABUELO



El domingo pasado fui a la casa de mis abuelitos, des pues de comer me puse a platicar con mi abuelito Vicente y me conto unas historias de donde vivía “Querétaro”, dice que su papa le conto estas historias, y que a él le gustan mucho

La primera historia se llama LA SOMBRA DE MAXIMILIANO

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Mi abuelo dice que Maximiliano Emperador de México, fue prisionero en el Convento de La Santa Cruz. y después fusilado en el Cerro de las Campanas su cuerpo fue enterrado en el panteón del convento



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La persona que cuidaba del panteón se llamaba Simón y que el empezaba a trabajar desde muy temprano
Un día, mientras don Simón hacia sus labores, escucho que alguien lo llamaba, que decían su nombre, el volteo pero no había nadie y después lo volvió a oír a la hora que volteo vio algo como una sombra y no podía ver su cara.

Entonces Simón salió corriendo del panteón hacia su casa y no quiso ir a trabajar al dia siguiente, cuando se calmo y pensó que solo había sido su imaginación ya que estaba cansado ese día. Cuando dieron las 6:00 de la tarde Simón volvió a oír que lo llamaban y al voltear vio a la misma sombra a lo lejos, su primera intención fue correr, pero sus piernas no le respondían y cada vez que qué lo intentaba, el espectro se acercaba más y más. Cuando estuvo enfrente Simón, este automáticamente levantó el brazo, aún sin querer hacerlo y la sombra le dio algo en su mano, mientras tanto Simón pudo ver la mano huesuda y sin piel del espectro, pero no pudo verle el rostro, después cerró su mano, empuñando lo que la sombra le dio y cayó desmayado.

Al día siguiente los amigos de Simón fueron a verlo ya que el cementerio no estaba abierto, cosa que les extrañó pues Simón era muy puntual, después de saltar la reja empezaron a buscarlo y lo encontraron inconsciente sobre el pasto, lo llevaron de inmediato al hospital pero no pudieron abrir su mano que estaba hecha puño.

A los tres días Simón volvió en sí y sus amigos no creyeron la historia que les contó, mas cuando le pidieron abrir su mano, Simón les mostró que lo que la sombra le había entregado. Era un Maximiliano, una moneda de oro de 14 kilates de la época del Emperador Maximiliano.



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Tiempo después Simón se enteró, que el cuerpo de Maximiliano había estado un corto tiempo en el Templo de la Santa Cruz